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El verdugo flautista (Gymnorhina tibicen[2] o Cracticus tibicen[3]), también conocido como urraca canora,[4] es una especie de ave paseriforme de la familia Artamidae, originaria de Australia y el sur de Nueva Guinea y única representante del género Gymnorhina.[5] La especie está estrechamente relacionada con los miembros del género Cracticus (grupo taxonómico al que pertenecía anteriormente), en especial el verdugo negro. Pese a su nombre, no está relacionado con la urraca, que es un córvido. En el pasado se reconocían tres especies distintas, pero las zonas de hibridación de cada una de ellas reforzó la idea de que se trataba de una sola población con varias subespecies. Hoy se reconocen nueve.
El adulto es bastante robusto y mide unos 37-43 cm de longitud. Tiene un plumaje blanco y negro, ojos rojizos (o marrón oscuro) y un pico puntiagudo de apariencia blanca, que es una mezcla de negro con azul claro. El macho y la hembra son similares y solo se diferencian por unos rasgos en la parte posterior. Las patas largas le permiten caminar en lugar de dar saltos o andar como pato, por lo que pasa mucho tiempo en el suelo. Esta característica ha llevado a algunos autores a mantenerlo en un género aparte, Gymnorhina. Es considerado uno de los pájaros cantores más famosos de Australia, ya que tiene un repertorio de vocalizaciones complejas.
Es un ave omnívora, pero la mayor parte de su dieta se compone de invertebrados. En general, es sedentaria en toda su distribución geográfica, con un comportamiento bastante territorial. Común y extendido, se adapta muy bien a la presencia humana y se ha convertido en un pájaro familiar en parques, jardines y tierras de cultivo en Australia y Nueva Guinea. Fue introducido en Nueva Zelanda en la década de 1860, donde se convirtió en especie invasora y fue expulsando a las especies nativas.[6][7] También se introdujo en las islas Salomón y las Fiyi, pero en estos lugares no se ha considerado invasora.
En la primavera comienzan los problemas entre los humanos y los verdugos en toda Australia, cuando una pequeña minoría de aves reproductoras (casi siempre machos) se vuelven agresivos y se abalanzan para atacar a cualquiera (por lo general a los ciclistas) que pase cerca de su nido. Esta especie es alimentada por amantes de las aves y es la mascota de varios equipos deportivos australianos.